sábado, mayo 24, 2008

Conociendo a nuestros antepasados: Antón Pérez, rector de Serbeto


El año 1599, mosén Antón Pérez, presbítero rector del lugar de Serbeto (Huesca), fundó una "Institución de pío legado para casar". Con ella quería dotar a las chicas pobres que, por falta de bienes, no podían aspirar a contraer matrimonio. En el documento, mosén Antón se lamentaba de que los jóvenes, a la hora de casarse, ya sólo pensaban en el interés y no buscaban en las muchachas que fueran honestas y tuvieran cualidades personales, sino que únicamente estaban pendientes de la dote que ellas iban a aportar. Por lo tanto, decidió ayudar a las muchachas de su familia que no tuvieran un respaldo económico y fundó el “pío legado”. Comienza así el documento con el que establece dicha institución:
.
"Attendiente y considerante como según que a ojo lo veo y he visto que no sólamente la malicia de la gente crece en cossas de hecho, pero que también lo haze y con bentaja en intereses, que ya muchos contrahen sus matrimonios más para alcançar intereses crecidos que no por la onestidad del matrimonio, metiendo su imaginación los que tienen los tales intereses en ver adonde alcançar para los propios, olbidando las buenas naturalezas y proceder virtuoso que muchas mozas tienen, pues les faltan los intereses dichos, por lo qual podría ser en lo venidor que algunas cassas y entre otras las infraescriptas venir en menos de hazienda de la que oy gracias a Nuestro Señor Jesucristo posehen, y por que esto no embargasse no por eso las mozas naturales de dichas infrasescriptas cassas, que no por ser virtuosas, si los intereses les faltasen de dotes, alanzearían matrimonios honrados y por que lo hagan, y no los cortos intereses, a las tales mozas les den causa ni motivo para dexar de ser onestas ni por el consiguiente de ser a Dios, de todo lo qual y otras cossas a este propósito apegadas, yo en mi mesmo haya hecho reflesión y para obviar este incombeniente y los que de lo dicho se podrían seguir, e acordado para el efecto dicho subvenir, faborecer y hayudar de mis propios bienes del interés e perpetuo “infro”.

.
Por tanto, yo, dicho mosén Antón Pérez de grado y de mi cierta sciencia en todas aquellas vía, modo, forma y manera que de fuero, derecho et alias hazer lo puedo y debo, hago institución de mis propios bienes y azienda y fundo el presente infraescrito legado de casar moças necesitadas por la forma, manera y tenor siguiente... ".

:
A continuación se detallan en el documento las bases de la fundación, especificando quién debe administrar el cumplimiento del legado cuando él fallezca, que mozas pueden pretender a esa ayuda, a cuánto asciende lo que van a recibir, a qué número de chicas se puede socorrer cada año, etc.
.

Y para que no se le pudiera acusar de indiferencia hacia el resto de sus parroquianos, Mosén Pérez termina así la fundación de su pío legado:


“... cuan encomendados nos dexó Nuestro Señor y Redemptor Jesucrito los pobres, y viendo por nuestros pecados y penas la esterelidad y miseria de la tierra, que hay en estos lugares de Sin, Serbeto y Señes y pues Nuestro Señor Dios a sido serbido de darme un pedaço de hazienda por no caher del todo en la ingratitud, por ende, en remisión de mis culpas y pecados y descargar de mi alma y de aquellas las quales yo estoy en cargo y soy tenido y obligado a saber de rogar, quiero ordeno y mando y instituyo que en cada un año y perpetuamente por el día de Juebes Santo, después que Nuestro Señor estubiere expuesto en el Monumento y en el dicho lugar de Sin, por el dicho Joan Pérez patrón mío sobredicho, y por el patrón que imrespectivamente será del sobredicho ‘mi pío legado de casar mozas’, y por los Jurados que inrespectivamente serán del dicho lugar de Sin, por todos juntos y no los unos sin los otros, hayan de dar y den perpetuamente en cada un año, en el dicho día de Jueves Santo, limosna a los pobres de dichos lugares de Sin, Serbeto y Señes, que a dicho lugar de Sin acudirán, y que ese día a dicha ora, allí presentes se allarán, y en dicha limosna hayan de gastar y gasten cinquenta sueldos jaqueses en cada un año...”.

Y el previsor y generoso presbítero termina su institución exhortando a las personas que se harán cargo de su fundación, para que cumplan honradamente lo que se les pide:

“Así mismo, por el cargamiento de rogándoles mucho a los sobredichos en todo lo sobredicho de obrar con la rectitud, bondad y cristiandad que yo confío que como cristianos lo han de hazer y la confianza que de ellos en todo hago lo merece, de tal manera ruego a mi Dios les premie el bien y mal que en ello se habrá”.


.
Información sobre otro pío legado en: Campo, una historia, un pueblo: El linaje de los Mariñosa
.

Etiquetas: ,