martes, enero 25, 2005

LA FAMILIA PEÑARANDA... el cadete que fundó una dinastía en Bélgica


En 1549, Luis de Peñaranda, hijo de don Juan de Peñaranda y de doña Ursula de la Serna, llegó a los Países Bajos acompañando a Felipe II. Había nacido en Retortillo, provincia de Soria y tenía sólo quince años de edad. Venía como voluntario, sirviendo primero en Infantería y luego en Caballería.

Cuando Felipe II regresó a España dejando a Margarita de Parma el gobierno de los Países Bajos, Luis de Peñaranda se quedó en la Guardia de esta princesa durante todo el tiempo en que ella ejerció el poder. Margarita, al abandonar los Países Bajos recomendó vivamente a su hermano Felipe II, a este valiente militar que tanto se había distinguido en su servicio.

Luis de Peñaranda estuvo bajo el mando del duque de Alba, pero después de la batalla de Dalen (22 de mayo de 1568) surgieron algunos problemas y prefirió retirarse a Amberes. En 1570 le fue encomendada una misión en Holanda y Zelanda y, después de cumplirlas se reintegró en el ejército como lugarteniente de artillería.

Cuando el duque de Alba regresó a España, el mes de diciembre de 1573, le sucedió en el gobierno de los Países Bajos don Luis de Requesens, que le pidió a don Luis de Peñaranda que continuara a su servicio. Lamentablemente, Requesens enfermó en Bruselas y murió el 5 de marzo de 1576.

En 1581, Peñaranda fue nombrado comisario y agente de los archiduques Alberto e Isabel, en Colonia. Su trabajo consistió en establecer una red de agentes encargados de tenerle al corriente de las maniobras que se preparaban fuera de España contra la Armada Invencible y conseguir información sobre la resistencia a la ocupación española en Bélgica, Holanda, Zelanda y el Norte de Francia. Don Luis de Peñaranda tenía también información de lo que pasaba en el Parlamento de Londres y de los posibles aliados que España podía encontrar en Inglaterra, así como de lo que acontecía en Polonia, Rusia, Venecia y en todos aquellos lugares dondde se decidía la hegemonía política de Europa.

La eficiencia y disponibilidad de don Luis de Peñaranda se puso de manifiesto en todos los servicios que se le requerían: el 26 de agosto de 1587, Alejandro Farnesio le encargó que hiciera fabricar, en el mayor de los secretos, 50 ó 60 velas destinadas a equipar los navíos de la Gran Armada. El 15 de noviembre de ese año, las velas fueron enviadas desde Colonia a Brujas...

A través de la gran cantidad de correspondencia que de este período ha quedado en poder de sus descendientes, se puede proceder a un estudio minucioso de la situación político-social de la época, así como una mejor comprensión de este personaje apasionado e intrépido que fue don Luis de Peñaranda.

Don Luis murió en Colonia el 5 de julio de 1601 y fue enterrado en el coro de la iglesia de los Dominicos. Dejó cuatro hijos, dos varones y dos hembras, nacidos en Colonia, que a su vez tuvieron una abundante descendencia. El mayor de ellos, también llamado Luis, murió en el célébre sitio de Rocroy (16 de mayo de 1643), dejando ocho hijos... Su heredero, Andrés José de Peñaranda, señor de Erckeghem, licenciado en leyes por la Universidad de Lovaina, se casó dos veces y tuvo de estos dos matrimonios catorce hijos. A lo largo de los años, la familia Peñaranda ha dado a Bélgica grandes militres, eminentes letrados y muchos hombres y mujeres que han dedicado sus vidas a la religión.

Hoy en día, este linaje se encuentra representado por diferentes familias que llevan este apellido de origen español. La primogenitura de la familia discurre por Carlos de Peñaranda de Franchimont (1919), Federico Peñaranda de Fanchimont (1947) y el joven Carlos de Peñaranda de Franchimont (1980).

El caso de los Peñaranda no es el único. Familias eminentes como los Alcántara, los García de la Vega, los del Mármol, los Quebedo, los Villegas... constatan con su existecia el paso por estas tierras belgas de unos compatriotas nuestros, hace ya muchos años.


María José Fuster Brunet


[publicado en la revista “El Sol” de Bruselas n° 25 (1996)]